Cómo aliviar el dolor después de entrenar
















Has escuchado más de una vez el dicho “No pain, no gain”, con el que se anima muchas veces a ir más allá del dolor durante los entrenamientos con pesas y que algunos adoptan como una auténtica filosofía de entreno. Aunque está muy bien superarse cada día –y esa es la base de la mejora en cualquier ámbito de la vida-, no lo es tanto sufrir fuertes dolores tras entrenar.


Lo primero que debes hacer es localizar qué tipo de dolor sientes. No es lo mismo fatigar los músculos y sentir agujetas, que sufrir un calambre, una distensión muscular o un esguince. Hay una regla de oro que no debes olvidar cuando entrenas: si un ejercicio te causa dolor, debes dejar de hacerlo inmediatamente.

Algunas molestias que notas después de entrenar pueden ser producto del dolor muscular. Si te levantas al día siguiente y notas dolor en los músculos que trabajaste en el último entrenamiento, no te asustes: el cuerpo está respondiendo al trabajo que hizo. Pero, aún así, no deberías estar más de un día dolorido.

 Estos son algunos remedios que puedes poner en práctica para reducir el dolor después de un duro entrenamiento:



Aprende a descansar

El descanso es una parte fundamental del entrenamiento, tan importante como una buena dieta o una rutina eficaz. 

Si después de un día sigues sintiendo molestias o dolor en los músculos o en las articulaciones durante el entrenamiento o al realizar cualquier otra actividad, da un descanso a tu cuerpo. El dolor podría deberse a que tu cuerpo se está adaptando al nuevo ejercicio, pero también a un uso excesivo de los músculos que podría derivar en una lesión si no descansas.

 Si quieres llegar lejos en esto del culturismo y llevas poco tiempo entrenando deja pasar, al menos, 48 horas entre cada grupo muscular para permitir la reparación del músculo. Y vigila también tu técnica: si haces mal los ejercicios, puedes estar provocándote un peligroso e innecesario dolor muscular.


















Aplica hielo en la zona dolorida

Usar bolsas de hielo en el área dolorida puede proporcionarte un importante alivio del dolor a corto plazo. Prueba a colocarte una bolsa de hielo durante 7 minutos en la zona afectada y, a continuación, mueve los músculos para comprobar cómo te sientes. Si no tienes una bolsa de hielo de las que se utilizan en fisioterapia o de las que venden en las tiendas deportivas para estos casos, puedes utiliza una bolsa de guisantes rodeada de una toalla. Los guisantes se adaptan bien al cuerpo y cumplen perfectamente su cometido.
El hielo no debe nunca aplicarse directamente sobre la piel si no quieres terminar con importantes quemaduras.


Comprime unos segundos el área afectada

Esto también alivia un poco el dolor y puede reducir la inflamación que está ejerciendo presión sobre los tejidos vitales en la zona. Para aliviar un esguince o distensión muscular, utiliza un vendaje de compresión elástico. Mantén  el vendaje apretado, pero no demasiado ajustado, para cortar el suministro de sangre a la zona.






















Levanta la zona dolorida

Otra forma de reducir o eliminar la hinchazón es elevar la zona en la que sientes dolor. Si se trata de una extremidad, puedes utilizar almohadas o un taburete. Trata de levantar la zona en cuestión por encima del nivel del corazón para obtener mejores resultados.



Date un baño de contraste

Aprovecha el dolor que sientes para cuidarte un poco. Date un baño relajante, con agua caliente pero no hirviendo, y termínalo enjuagándote con agua caliente y fría. El contraste de temperatura te ayudará a sentirte mejor. Con que repitas el proceso caliente-frío tres o cuatro veces, ya habrás obtenido todos los beneficios de esta técnica.



Aplícate un masaje

Aflojar los músculos para relajarlos y estirarlos es una de las terapias más eficaces contra el dolor. Recuerda siempre acudir a un profesional. Un fisioterapeuta o un quiromasajista sabrán qué tipo de masaje aplicar, cómo hacerlo y durante cuánto tiempo. Es tentador acudir a otros lugares menos especializados –y más baratos. Pero, a la larga, el ahorro puede salirte muy caro. No escatimes en tu salud.















Haz estiramientos
Estirar después del entrenamiento y entre sesiones es el mejor seguro contra dolores y lesiones que puedes tener. No hace falta que te estires hasta el infinito, ni tampoco que sientas dolor mientras estiras.

Se trata de que tus músculos se estiren progresivamente para que las fibras se descompriman y se relajen. Recuerda siempre calentar antes de comenzar tu entrenamiento y dedicar unos minutos a enfriar cuando termines.



Con estos consejos notarás cómo tu dolor muscular se reduce y mejoras los tiempos de recuperación entre entrenamientos. Si, tras aplicar estas recomendaciones, sigues sintiendo dolor o molestias extrañas, acude a la consulta de tu médico o fisioterapeuta.

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